EL CALORTEST
La ola de
calor que nos afecta está tomando unos tintes
históricos a la par que dramáticos,
pese al hierro que le tratan de quitar al asunto los negacionistas del cambio
climático. Ya se habla a nivel nacional del inicio estival más caliente de los
últimos 40 años y para colmo La Rioja está siendo alumna aventajada en los
rigores veraniegos, compitiendo de tu a tu con las ciudades-sartén del sur
penínsular. Lo peor están siendo las llamadas “noches tropicales” que en otros lares están acostumbrados a
combatir a golpe de Fujitsu y aun molando para el noble arte del terraceo suponen
una pesadilla a la hora de conciliar el
sueño…uno las mandaría a su lugar de origen.
Si seguimos con estas temperaturas gastaremos una pasta en ventiladores pero a cambio freir huevos nos será gratis como en Ecija…¡El que no se consuela es porque no quiere;)
A
fín de evitar la furia solar a las 7 de la mañana y con cara de pavo estoy
cumpliendo a duras penas los entrenamientos y mis renovadas sesiones de gimnasia. He introducido unos ejercicios de fortalecimiento simples,
que podéis hacer en el salón de vuestra morada (tales como abdominales,
flexiones, lumbares, sentadillas, core…) y había
dejado un poco aparcados esta última temporada en la que sólo buscaba disfrutar y pasármelo
bien.
Este 2015/2016 ese propósito
se mantiene prioritario pero uno que es pelín puntilloso también busca incrementar el rendimiento y las
rutinas mencionadas, tan tediosas para un ser de aire libre como yo como efectivas,
pueden ser claves. Perseveraré,
convencido como estoy de que valdrá la pena.
Las masas de aire africano
también han tenido un efecto distorsionador en los planes y me ha venido la tontería
de probar la evolución física (si es
que ha habido tiempo para eso) que voy experimentando en estas semanas de
entrenamiento embrionario…para ello me he dispuesto a realizar el procedimiento
habitual: varias tandas de 1000metros corriendo
a umbral, a ver que ritmo era capaz de llevar.
Sentía una especie de
inconformismo latente azotarse en mis adentros en las primeras zancadas, y me
preguntaba si no había sido demasiado precipitado darse de bruces con la
realidad. Sin embargo el reloj, cuyas facultades temía mermadas por el azote
calorífico me iba arrojando unas cifras
sorprendentes y muy distintas (para bien) al sondeo preelectoral que tenía
en la cabeza.
¡Ojala lo que cuentas sea verdad!
Los registros me indican, según estos tests, que ya sería capaz
de correr más rápido con los 28días de entrenamiento que llevo que en noviembre
de 2014 (con 3meses de gestación). Eso supondría, tomando como referencia las
competiciones de esas fechas estar bordeando ya los 3’30”/km en una distancia de 5000metros en óptimas condiciones.
Mejor no creérselo al 100%
pero en la remota posibilidad de que mi cronopulsómetro Geonaute tuviera razón…¡lo
cierto es que ánima! ¡¡Vamos!!