DEFINIENDO
Quizá un poco contradictorio el titular, ahora que tras dos semanas siento la
musculatura mas blandurria y los kilos de inactividad empiezan a brotar regados
por los helados veraniegos y otras lindezas culinarias. Pero antes de empezar a
trabajar eso, que por suerte parece estar relativamente controlado, toca
definir como trabajar el físico a partir de ahora.
Conozco a bastantes deportistas que
se tiran todo el año llevando la misma preparación, con el volumen y carga
prácticamente invariado y les pregunto ¿Qué estás preparando? Su respuesta:
Sobre la marcha…
¡Qué aburrido hacer siempre lo mismo!…el hámster y algunos
duatletas no se dan por aludidos;)
Yo
no puedo trabajar así, porque me encanta el deporte pero siempre necesito horizontes, algo que me mueva a realizar los
sacrificios agónicos que requieren esos necesarios entrenos agónicos donde se
exige el todo por el todo. Y en especial la maravillosa sensación de que el cuerpo, cual planta renace año tras año. Empieza hundido a
niveles bajo cero, que me hacen pensar que me hundiré en la cola de todas las
clasificaciones pero por suerte, a medida que lo voy estimulando me va
devolviendo los esfuerzos en forma de rendimiento. Nuestro “body”, el de todos, siempre en mayor o menor grado es agradecido.
Me identifico más con mi gato Simba: siempre a la caza de nuevos
objetivos…
Eso
si, esa sensación de encontrarte en tu cima
física, de ir a cada carrera con los dientes como hienas es por desgracia muy efímera. Maravillosa, pero fugaz.
Dura unos dos meses y para llegar a ella se necesita por detrás el correcto
trabajo de todo un año. En mi caso me gustaría que coincidiera con el momento álgido
de la temporada de duatlón…
Tras
realizar el pertinente análisis parece claro que si quiero superar la
trayectoria de este año la clave está en
la carrera a pie, que me ha descompensado en varias ocasiones el resultado
de los duatlones. Por tanto, voy a dividir
la temporada en dos: una primera parte donde seré, dentro de mis
limitaciones un atleta mas y participaré en las carreras riojanas de otoño y
tras un pequeño impás descuartizar definitivamente lo que me quede de físico en
los duatlones.
Ya
queda poco y el 3 de junio se acabó el chollo de descansar. ¡Let’s go!
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