lunes, 21 de noviembre de 2016

21-27NOVIEMBRE 2016

UN SPRINT PERMANENTE

            Conseguir evoluciones todos los años sin excepción requiere de una innovación constante y probar con nuevas técnicas de preparación que pueden funcionar o no. Algo común a todas ellas es que deben de ser progresivas y no por encima de nuestras posibilidades, puesto que  entrenarse “dándolo todo”, un viejo mantra que por desgracia aún sigue bastante de moda puede conllevar lesiones de gravedad.

En todo caso y hecho con planificación, probar ejercicios nuevos resulta enriquecedor y me es divertido hacer de conejillo de indias conmigo mismo. El martes me decidí a probar con algo especialmente duro para la mollera. 11km en los que alternaría 1000mts a un ritmo de 3’30”/km y otros 1000m a 4’15”. Eso supondría que en ningún momento el organismo descansaría del todo, con el añadido de que en esta ocasión el entrenamiento sería en solitario… ¿Sería capaz de resistir esa agonía extrema?

CTD Adarraga. Noche caída y con farolas fundidas, pero con algunos atletas por las pistas. Espero no pegarme un leñazo contra un banco o peor aun, contra algún esforzado. En fin ¡Allá vamos!

1ºkm a 3’29”…El pulso no sube en demasía y bajo a los 4’15” correspondientes para afrontar el 2ºkm. Fácil, fácil, esto está chupado.

Me empiezo a reir de mi mismo…chupado dice ¡Jajaja! cuesta acelerar de nuevo el ritmo para realizar el 3ºkm. Tanto es así que el primer parcial de 500mts los hago por debajo del nuevo de lo estipulado. Cuesta lo suyo remontar para calcar los 3’30” y “descansar” de nuevo…

El viento empieza a soplar cada vez más fuerte, siendo realmente molesto a ratos. Sin embargo, algo en mi interior se envalentona. No se si fue el ver a los gatos que a ratos nos acompañan a los corredores por las pistas del Adarraga que mi instinto felino me hacía venirme arriba y resistir los ritmos con más consistencia.

Cuando me quise dar cuenta quedaban 2km. El corazón estaba haciendo un buen trabajo y casi llega a su límite, bombeando a 199ppm y muy cercano a sus máximas. “In extremis” cumplí el objetivo…Un entreno que no recomiendo a los iniciados. En serio ¡No lo probéis!

Aun quedaba una batalla mas intensa si cabe. La Vuelta al Plantio, con casi 5km de recorrido se disputaba el domingo en la Ribera de Navarra. Bién sea por la organización, por las fechas, el recorrido o yo que se…esta es  probablemente la prueba con más nivel de cuantas se disputan en la zona en todo el año. No me conformaba con el plus de dificultad de añadida que eso suponía, así que me di un garbeo con la bici la víspera. 61km a 30km/h de media combinando terreno llano y algunos repechos en el Valle de Ocón.

El viento soplaba fuerte en San Adrián y la lluvia amenazaba ¡Gol de Señor! Pero eso no amedrentó la participación, siempre notable en esta prueba y con gran presencia riojana (Izal, Iván López, Raúl López, Antoñanzas, Enrique Rivas o el ochocentista de la Real Sociedad Javier Bazo, muchos Calagurris, Rinconeros…).

La salida se hizo de rogar, puesto que dos de categoría juvenil decidieron terminar su prueba andando. La adrenalina acumulada en la espera explotó en el primer kilómetro, con un trío de atletas magrebíes que se lanzaron en tromba a devorar el recorrido. Por detrás se formaba un grupo muy numeroso, como de 20eventistas al que trataba de seguir la estela, dado que pasamos el primer km a 3’07”.




Estaba siendo durísimo, el viento en contra nos golpeaba en nuestro transitar por los caminos de alrededor del casco urbano. Todos intentamos protegernos del viento aprovechando el más mínimo espacio y en esas un corredor del Lerín, echándole mucho morro me pega un codazo…. Km2 (6’30”)A los lideres  parecían flaquearles las fuerzas y miraban con insistencia atrás. ¡Esto se anima!

Les entran las dudas a los de adelante y les vamos pillando. Con la cabeza neutralizada se abrían nuevas posibilidades, pero no me veía muy capaz de mover el árbol. Varios corredores intentaban escaramuzas en solitario al más puro estilo ciclista pero se estrellaban sistemáticamente contra el invisible muro ventoso.

Km3. Esto tiene toda la pinta de resolverse, para mi desgracia, en los metros finales, donde tengo menos capacidad de respuesta si cabe. Sin embargo y como un ave fénix resurge uno de los marroquíes que de inicio había lanzado la prueba. Su ataque es claro e incontestable y pese al aire está tomando margen con solvencia.

Parece que la caja de pandora se ha abierto. Un segundo corredor, de rasgos latinos, también ha tomado ventaja respecto a nuestro grupo, que se desvencija por momentos al compás de nuestras fuerzas. Aguanto y a duras penas entro al relevo con 2 corredores del Lerín, un triatleta de Saltoki, Enrique Rivas y Bazo

Cartel del km4. Las dos primeras posiciones están definidas. El Saltoki ha tomado algo de renta…3-4 segundos pero no pasa de ahí. Los atletas del Lerín y yo a muerte…Rivas y Bazo se quedan.

El Saltoki parece haber cedido y los atletas del Lerín se han crecido en su debilidad. Voy a 202pulsaciones, están ahí pero no puedo, no puedo…¡Qué bien me van a venir las series cortas! Veo la resolución del pódium en 1ºfila, como viene siendo habitual y entro 6º en meta.

No me creo el tiempo ¡16’07”!El año pasado hice 17’03” en esta prueba. Una vez más he mejorado mis registros del 2015 con contundencia, algo que está siendo generalizado en todas las pruebas que estoy disputando. ¿Si prolongara esa evolución a los duatlones? Las posibilidades serían mas que interesante…

Hablando de duatlones llegan otros habituales a meta con buenos registros. Rivas con 16’11” parece haber dado un paso adelante y Raúl López marca unos interesantes 16’37” tras disputar la Behobia-San Sebastián. No hay que confiarse, las fieras acechan.


Parece que tengo premio, he sido el 2ºsenior (menores de 39años). El nivel entre los corredores veteranos es tremendo, menos mal que me quedan unos cuantos para llegar a esas edades. Así que recibimos el obsequio frente al Ayuntamiento de San Adrián, al que hay que agradecerla la organización de esta fantástica prueba en colaboración con varias asociaciones locales. La inscripción se hacía en kilos de comida, que fueron a parar al Banco de Alimentos de esta localidad. Reconforta saber de estas iniciativas desinteresadas.

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