IGUAL NO ERA EL MOMENTO
En este post debería estar contando como me ha ido en mi primer duatlón. Sin
embargo el “dantesco” temporal que me hemos parecido en la península,
especialmente cebado con el Norte, propicio que las autoridades competentes
suspendieran la prueba.
Entrecomillo dantesco, porque sí, es
cierto que nevó, hizo temperaturas bajo cero y todo lo que queráis. Pero es una
situación que padecen en media Europa durante todo el invierno. Allí no es
temporal ni na, es el invierno simple y llanamente. La vida no se paraliza, los
transportes se mantienen, los comercios abren y los días siguen su curso
normal, algo que por supuesto incluye las actividades deportivas. Mi opinión personal es que podía
haberse celebrado el duatlón puesto que las carreteras allí estaban limpias y no
se ha muerto nadie por hacer deporte a
cero grados. Pero esto es sólo una opinión.
Tras la rabia inicial al conocer la
noticia, dada a conocer la víspera de la fecha prevista me puse como un loco a
buscar alguna competición atlética en el norte, donde por asuntos personales
tenía que estar si o si este fin de semana. Estaba con la adrenalina cargada y
había que soltarla por algún lado. Ahondando en las pesquisas apareció una
prueba de 8.5km en Ribadesella (Asturias).
El viernes, cara al duatlón instalé
en las zapatillas los cordones elásticos,
un mecanismo que permite ajustarlas rápidamente al pie sin necesidad de anudarlas,
algo muy interesante cara a recortar tiempo en las transiciones. Decidí
estrenarlos con un suave trote y…¡Aujjjj! ¡Que dolor!Menos mal que eran solo
ocho lentos kilómetros. Entré en casa
cojeando.
Unos inocentes cordones han estado a punto de dejarme fuera de
juego
No
me explicaba que un simple cambio de cordones pudiera producir semejantes
molestias. Indagando en la biblioteca global encontré que era algo bastante habitual y causante de numerosas lesiones en los deportistas.
Tuve la suerte de no ser una víctima más y es que…en esto del atletismo sigo
siendo un gran ignorante.
Lo sucedido hizo que desistiera de
competir este fin de semana y buscara la adaptación progresiva a estos
“especialitos” cordones. Probé a aflojarlas un pelín y me fue mejor pero no termino de ir cómodo con ellas.
En lo que a rendimiento respecta me
sigo sorprendiendo a mi mismo. Bajo la nieve la semana pasada conseguí una vez
más batir mis tiempos en las series de 1000mts y además de una forma holgada. Todas entre 3’19 y 3’21”, frente a los 3’23-3’27” de hace cuatro
semanas en Laredo. La recuperación la noté muy mejorada y tampoco tuve
necesidad de exprimir mi cuerpo al 100%.Estos resultados podría suponer un
avance de casi un minuto en una prueba de 10km. Pero esto es como las encuestas en política, son orientativas y lo que
cuenta son las elecciones, competiciones en este caso.
Y terminando con las novedades esta
semana me llegaron ya los acoples para
la bicicleta, un instrumento clave para lograr más velocidad en los tramos
en solitario. Según los expertos unos
2km/h.
Sólo llevar estos acoples en el manillar incita a ir más deprisa
Decidí probarlos en mi circuito
habitual de contrarreloj…me llevé un buen chasco al no conseguir superar los 39km/h de media y eso que no soplaba
viento. Pues vaya…o los acoples no se notan o es que estoy
involucionando…Mosqueado como estaba,poco después comprobé que tenía el puente
de la rueda mal ajustada y que por ende esta iba completamente frenada…¡MENUDO
CAFRE!jaja.
Así las cosas mi rendimiento en la bicicleta en el Duatlón de Galizano, donde finalmente debutaré será toda una incógnita. Examinando el recorrido, creo que el sector
ciclista resultará decisivo, con 30km y dos subidas al alto de Ajo, donde
atención…¡no se puede ir a rueda! Vamos que el mejor ciclista tendrá la
victoria a su alcance si no falla demasiado corriendo a pie.
El refranero es sabio y parece ser
que el pasado sábado no era el momento de debutar, de haberlo hecho podría
haber sufrido una lesión grave y aquí seguimos…¡No hay mal que por bién no venga!
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