BORRACHERA Y RESACA
Me estaban empezando a entrar
sudores fríos ante la carrera de
Agoncillo del viernes. Poco más de 3km era todo lo que teníamos que
recorrer, con lo que ello implica. No me enfrentaba a distancias tan cortas
desde mis tiempos del instituto y temía gripar mi poco rodado motor. Pese a
ello tuve la ocurrencia de recorrer en bicicleta los 17km que separan mi casa
de la villa avionera a modo de calentamiento. Vaya por delante mi agradecimiento a la organización por
custodiarme la bicicleta y equipamiento ciclista mientras duro la competición.
En la salida no me equivoqué y
estaba el mencionado Ifraj, la gran promesa del atletismo riojano que, según
los entendidos tiene madera para llegar a participar en unas Olimpiadas. De
momento camino lleva. Con sólo 17 años ha
sido capaz de correr 3.000mts en 8’24”, registro que le ha llevado a
representar a España en el Mundial de China.
Era la primera vez que coincidía con
el en una competición y la verdad que impresiona. Tiene una planta talluda de
atleta, finísimo y no menos sus acompañantes del equipo Rioja Añares, también
de origen magrebí con una figura casi que preconcebida para este deporte.
Tras
darse la salida algunos participantes, que tenían toda la pinta de ser del
pueblo, prolongaron su calentamiento, liderando la prueba en sus primeros
metros al tiempo que se marcaban una serie en toda regla. Lo cierto es que nos
vinieron bien como lanzadores, especialmente a Ifraj que no les dejó disfrutar
de demasiado protagonismo y transcurrido el primer minuto tomó el mando de las
operaciones, apartando rápidamente a los valientes.
Tuve la osadía de ponerme a “liderar
la oposición”, tratando de contener el ritmo de sus extremidades de alambre.
Sin pegarme a el para no morir en el intento me mantenía a unos 3-4segundos en este primer kilómetro…sufriendo
ya lo indecible. Ifraj miraba para atrás insistentemente, quizá inquieto porque
la diferencia realmente no era mucha y yo era un rival desconocido…
Dandolo todo con el castillo de Agoncillo como testigo (Fuente:
Jandri Ágreda)
La distancia era pequeña pero la
suerte estaba echada: no tenía ninguna opción de triunfo.En el ecuador Ifraj
metió la sexta y comencé a mirar atrás en aras de asegurar la segunda posición. Sorprendido vi que había un boquete
importante respecto al resto de perseguidores. No tenía mucha energía dentro
pero el verme en semejante situación me dio “alas” y en unas cotas de sufrimiento
inimaginables llegué a rozar las
200pulsaciones para defender mi puesto. Cansado pero muy feliz comprobé vía
Google Maps que había recorrido 3.2km a
un ritmo de 3’13”/km rompiendo mis previsiones más optimistas.
Espoleado por semejantes registros, pensé que meterse en el pódium de la Ruta
Jacobea del Ebro del domingo era cosa factible pese a correr poco más de
24horas mas tarde. Las sensaciones que me daba el cuerpo no eran muy
halagüeñas. Pulso elevado, las piernas algo pesadas…pero a pesar de ello tenía
fe en que el cuerpo se diera la vuelta a lo largo de los 12km de la carrera.
En la salida Miguel Ferrer, no dio opción ni a minutos ni a segundos de gloria y
con un ritmo extraordinario dejó claro desde el principio quién iba a ganar la
prueba por goleada. Quedaba por dirimir el pódium y como tenía previsto traté
de inmiscuirme siguiendo el ritmo del grupo perseguidor que formaban Víctor
Sevilla y el arnedano Javier González.
El cuerpo, mucho más inteligente que
yo, no paraba de mandarme señales de que no estaba haciendo lo correcto. Sólo llevábamos 2km y no se escuchaban
otros jadeos que los míos, el pulso se estaba desbocando pero ni por
esas…¡ahí seguía!
A los 4km no tuve más remedio que descolgarme y con ello, de decir adiós a toda posibilidad de subirme al
cajón en Alfaro. Empezaba ahora una cuenta atrás de supervivencia y es que
me quedaban por afrontar dos tercios de carrera completamente agotado y sin
ningún tipo de motivación. El veterano Bravo, Conrado Vitores…me iban pasando
paulatinamente atletas y sin opción de seguir a ninguno de ellos deseaba que
acabara semejante tormento. ¿Qué he hecho para merecer esto?-me preguntaba. El
idiota…jeje
Pese
a todo no me arrepiento. Llegué a meta en noveno lugar y parece evidente
que de regularme más habría avanzado algunas posiciones. Pero francamente me
daba igual hacer quinto que vigésimo una vez no podía ver cumplida mi idea
inicial. El pequeño disgusto por no cumplir mi objetivo del domingo lo amortizó
la bolsa de productos que recibimos
en meta: Un bote de kétchup, Peras de Rincón, salsa mejicana, un paquete de
fideos, un pincho de tortilla, champiñones…todo ello en una prueba gratuita hay que recalcar.
¡Impresionante como nos cuidan en Alfaro y Rincón!
Un fin de semana que confirma que mi
estado de forma avanza rápido pero a la recuperación aún le queda lo suyo. ¡A seguir trabajando!
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