DESENTRENAR Y GANAR
Eneko García y un servidor hemos
conseguido un ilusionante triunfo en el duatlón del Dueso, en la modalidad de
relevos
La semana pasada mi cuerpo
empezó a emitir sonoros gruñidos, similares a los que empieza a emitir un coche
ochentero cuando hay que sustituirle piezas. Parecía pedir un poco de paz tras
cuatro semanas en los que ha comenzado a aparecer la intensidad en los
entrenamientos.
Puedo corroborar, a base de unos años de experiencia, que nuestro organismo es el mejor entrenador. Las típicas tablas de
entrenamiento que nos mandan los preparadores físicos ayudan, si, pero cada
cuerpo es uno y asimila las cargas de distinta manera. En mi caso
particular lo he comprobado muchas
veces. Por intentar hacer caso a las indicaciones que me daban los
especialistas me obcecaba en llevar a cabo entrenamientos machacantes que me
dejaban despachurrado el día de la carrera…o por el contrario con otros llegaba
a mi casa todos los días pensando si había hecho más esfuerzo ascendiendo los
peldaños que me conducían a ella.
Esta temporada,
he decidido ser autodidacta.
Marcarme unas pautas y cumplirlas ciegamente, pero velar siempre por no destrozarme
en el intento. Esta semana me la he tomado de relax, puesto que por vez primera
he notado algo de cansancio acumulado. Todas las sesiones realizadas han sido a bajo pulso.
Eso si, no he dejado de tener actividad ningún día con el fin de no echar a
perder la inversión física realizada.
Las señales del cuerpo son un
excelente termómetro con el que contamos
Así las cosas nos presentamos el domingo en el duatlón El Dueso, en la localidad marinera de Santoña. Este pueblo es famoso por su espectacular bahía,
compartida con Laredo y que hace las delicias de los turistas que pueblan sus
playas en el periodo estival. No menos impactante es la situación de la prisión
del Dueso, un poco apartada del pueblo pero lindando con el mar, siendo la
única prisión en España de estas características.
Todos los participantes y
espectadores fuimos examinados y obligados a dejar nuestros aparatos de
telefonía a la entrada de la fortificación a nuestra entrada al recinto y la pregunta acerca del espacio donde correr
quedo resuelta. El campo de los presos posee una extensión espectacular,
que me recordó a la película del Corredor del Laberinto. Me vino a la cabeza
que si un recluso se lo propusiera y gozara de las capacidades para ello podría
finalizar su periodo de castigo siendo un atleta de relumbrón. Lo cierto es que
mis reflexiones no iban descaminadas del todo…
Nos dirigimos a la salida y se nos
explicaron los pormenores de la prueba.
Serían 6 vueltas a un recorrido de 600metros. El circuito, aunque sin grandes
desniveles era ratonero, con muchos giros y sobre superficie herbácea (y yo sin
traer zapatillas de cross, ¡mierda!). La previsión del resto de 50 participantes,
que por cierto, tenían bastante buena pinta, había sido superior y la mayoría
contaba con calzado adecuado para la ocasión. Tras esto había que realizar 11km
con la mountain bike en 8 vueltas a otro circuito y para concluir 4vueltas
corriendo para totalizar 2.400metros.
Salimos todos juntos, tanto los
participantes de la prueba individual como del relevo. Por mis referencias podría ser de los mas fuertes en la carrera Iker Velasco, un portento vizcaino que había marcado 32.30
en un 10000 la semana anterior. Una marca estratosférica, así que comenté a
Eneko que podríamos estar contentos si la desventaja no superaba el minuto a mi
llegaba al box.
Los duatletas salieron disparados y
rápidamente me vi devorado por la multitud. Tenía la sensación de ir bastante
rápido, mucho más que hace un mes, pero tras el paso de la primera vuelta mi
puesto era undécimo. Es ahí, en un
momento donde ya estaba empezando a dudar de mis capacidades cuando comencé a
“recoger cadáveres”. Como en casi todas las carreras muchos participantes se
dejaron llevar por un éxtasis inicial que iban a pagar.
La remontada de esa segunda vuelta fue espectacular, y sin variar un
ápice el ritmo alcancé al tercer
clasificado, Israel Lastra, habitual
en el podium de los duatlones cántabros y ganador aquí el año anterior. Sabía
que podía ser una buena referencia y me concentré en seguir su rebufo. Iba sufriendo,
pero sin ahogos y reservando fuerzas para el último tramo de carrera.
Supusieron un problema mi escasa técnica e inadecuadas zapatillas, que se
aliaban para hacerme perder metros en cada tramo embarrado. Hubo que suplirlos
con frecuentes calentones para aguantar a la estela de mi compañero de fatigas.
Por delante
la diferencia con los dos primeros se había estabilizado en veinte segundos.
Confirmando los pronósticos Velasco
lideraba la prueba. Lo que no era tan previsible era su acompañante, un interno de la carcel cántabra
ataviado con una camiseta del Atlético San Sebastián era capaz de seguir su infernal ritmo. La grada rugía, con los presos enfervorizados
ante la posibilidad de victoria de uno de los suyos.
La
última vuelta es apoteósica. El interno aprieta aun más las clavijas y toma
unos metros de diferencia con Velasco. Los espectadores del circuito atronan su
griterio y el ensordecedor ambiente me contagia. Tanto que…por mi cabeza pasa
la posibilidad de probar a Lastra y arañarle unos segundos. Mientras me lo
pienso llega de nuevo el barro y me olvido de la fugaz idea.
Llegamos a la transición y el
resultado no puede ser mejor para mi. Hemos mantenido el tiempo y la diferencia con el lider no ha superado
los veinte segundos. Eneko y yo nos entendemos bien en una complicada
transición donde nos obligaron a cambiarnos el dorsal entre nosotros. Tanto que
Eneko sale 2º del box, por delante ya de Velasco. Ya liderábamos holgadamente la
clasificación por relevos, pero el objetivo de ganar al primer participante
absoluto también aparecía en el horizonte. Tenían ahora que afrontar 11km dando
8 vueltas a otro circuito con cierto desnivel que la omnipresente lluvia
cantábrica también había complicado.
¡Alto esforzado lector!Gracias por
llegar hasta aquí, que no es poco. Esta semana el post era un poco largo, así
que lo he dividido en 2 partes. La siguiente la publicaré previsiblemente el sábado.
¡FELICES FIESTAS!
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